Terapia psicológica que trabaja en el reconocimiento de los patrones de pensamiento y su relación con las emociones y el comportamiento. El objetivo es aprender habilidades de afrontamiento y modificar o reestructurar los patrones de pensamiento. Es una terapia empíricamente validada que ha demostrado ser efectiva en el tratamiento de la depresión, ansiedad, trastornos de la conducta alimentaria, insomnio, trastorno de pánico, fobia social, y estrés postraumático.