¿Has notado un pequeño bulto en la zona de la pared abdominal? Este cuerpo, en ocasiones puede ser indoloro, sin embargo, puede provocar molestias y agrandarse durante actividades extenuantes o al toser.
El doctor José Ricardo Negrete, cirujano general de nuestra red, nos comparte algunas recomendaciones para evaluar una hernia abdominal a tiempo.
¿Qué es una hernia abdominal?
Las hernias abdominales, ocurren cuando un órgano sobresale a través de un debilitamiento en una de las paredes musculares, que encierran la cavidad abdominal.
¿Cuáles son los diferentes tipos de hernias abdominales?
- Hernia inguinal: Son las más comunes de las hernias abdominales y en la mayoría de los casos son más frecuente en hombres. En este tipo de hernia, una porción del intestino u otro órgano abdominal se abre paso por un orificio de la pared abdominal hacia el conducto inguinal. El tratamiento de una hernia inguinal, es un procedimiento quirúrgico frecuente.
- Hernia hiatal: Se producen cuando una parte del estómago se desliza a través de la abertura del diafragma. La mayoría de las hernias son asintomáticas, pero la mayor incidencia de reflujo ácido puede provocar síntomas de enfermedad por reflujo gastroesofágico.
- Hernia umbilical: Se produce cuando una parte del intestino o tejido graso sobresale a través de una área cercana al ombligo.
Síntomas que debes tomar en cuenta
El primer síntoma de una hernia suele ser un bulto debajo de la piel, generalmente es indoloro. Sin embargo, una hernia puede ser la causa de malestar y dolor, especialmente al estar de pie, esforzarse o levantar objetos pesados.
Se debe buscar atención médica inmediata cuando la hernia presenta afecciones abdominales agudas como:
- Náuseas
- Vómito
- Dolor
- El bulto no puede regresar a su posición normal dentro del abdomen.
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Factores de riesgo en una hernia
Entre los factores que contribuyen al desarrollo de una hernia inguinal, se incluyen los siguientes:
- Ser hombre: Los hombres tienen más probabilidades de padecer una hernia inguinal que las mujeres.
- Antecedentes familiares: Tener un pariente cercano, como uno de los padres o un hermano, que padezca esta afección.
- Embarazo: El embarazo puede debilitar los músculos abdominales y causar mayor presión dentro del abdomen.
- Nacimiento prematuro y bajo peso al nacer: Las hernias inguinales son más comunes en bebés prematuros o con bajo peso al nacer.
Tratamientos
- El tratamiento inicial de una hernia menor incluye evitar el levantamiento de objetos pesados y el ejercicio extenuante.
- Asimismo, en ocasiones, implica el uso de un soporte (braguero o faja).
- En algunos casos, las reparaciones de hernias se realizan mediante laparoscopia (a través de pequeñas incisiones en la piel y un tubo de fibra óptica equipado con una cámara e instrumentos pequeños).
¿Qué puedo hacer para prevenir?
No es posible prevenir el defecto congénito que aumenta la propensión a una hernia inguinal. Pero sí puedes reducir la tensión en los tejidos y los músculos abdominales. Por ejemplo:
- Mantén un peso saludable: Consulta con tú médico sobre los ejercicios y el plan alimenticio que sean mejores para ti.
- Incorpora más alimentos ricos en fibra: Las frutas, los vegetales y los cereales integrales contienen fibra que puede ayudar a evitar el estreñimiento y el esfuerzo al evacuar.
- No levantes objetos pesados o hazlo con cuidado: Si debes levantar algo pesado, siempre dobla las rodillas, no la cintura.
- Dejar de fumar: A pesar de su rol en muchas enfermedades graves, fumar causa tos crónica que puede provocar hernia inguinal o agravarla.
