Durante estos últimos tiempos, las nuevas formas de intervención psicológica han revolucionado. La flexibilidad de horarios, inmediatez y el no movilizarse, han sido razones para considerar a la terapia virtual, una opción a la hora de buscar un espacio terapéutico. Sin embargo, la falta de privacidad y el no disponer de medios tecnológicos adecuados han sido los limitantes. ¿Cómo saber cuál de las dos es mejor o conviene más teniendo en cuenta las necesidades del paciente?
El psicólogo Dennis Logroño, de nuestra red, nos comparte diferencias y aspectos que debes tomar en cuenta a la hora de elegir estos dos tipos de terapias psicológicas.
Terapia presencial
1.- Desplazamiento
La terapia presencial requiere que el paciente acuda a la consulta profesional. Este proceso conlleva un desplazamiento y planificación de tiempo. Por ello, a veces puede resultar complicado agendar una cita dentro de las obligaciones diarias.
2.- Comunicación
La comunicación cara a cara y el lenguaje no verbal, permite que el psicólogo pueda observar y obtener información que le facilitará la deducción de sentimientos y emociones que el paciente no expresa verbalmente.
3.- Romper el hielo
Para pacientes que tienen una terapia psicológica presencial por primera vez, suele ser una situación más difícil que realizar una sesión en su propia casa. Algunas ocasiones desechan la idea de acudir por el simple hecho de no exponerse a este primer momento.
4.- Contacto
Esta modalidad es la más indicada para trastornos mentales graves que se benefician de un contacto social. Además, permite la gestión de crisis, de una forma más cercana y productiva, que se puedan dar durante la sesión de terapia.
5.- Fluidez
Conocerse mutuamente de manera física, saber cómo es la otra persona ayuda a que las sesiones sean más fluidas.
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Terapia Virtual
1.- Accesibilidad
El paciente podrá conectarse con su terapeuta en cualquier momento, sin interrumpir sus actividades diarias. La terapia virtual se recomienda en personas que desean mantener comunicación estrecha y constante con su terapeuta.
2.- Comunicación moderna
Para pacientes jóvenes no supone ninguna barrera, pero sí es cierto que en determinadas edades aún resulta extraño ser atendido a través de una pantalla. Sin embargo, el tratamiento no es menos válido por realizarlo a través de una videoconferencia.
3.- Entorno de confianza
La terapia virtual permite asistir al psicólogo siendo todo más anónimo, puesto que el entorno resulta familiar (casa).
4.- Mejora el seguimiento
Cuando el paciente tiene la posibilidad de combinar ambas modalidades, el seguimiento del tratamiento mejora. Facilita la continuidad del tratamiento, lo que es muy importante para conseguir los objetivos planteados.
5.- Reduce la ansiedad inicial
Esta modalidad puede disminuir aquellos “nervios” que un paciente tiene en la primera sesión presencial. El hecho de poder hacerlo desde casa o cualquier lugar que nos haga sentir cómodos, y además con un dispositivo electrónico de por medio, facilita la tarea, ya que estamos en nuestra zona de confort.
Y ¿tú prefieres psicoterapia virtual o presencial? ¿Has probado alguna de las dos? Recuerda que tu salud mental es tan vital como la salud física y los encargados de cuidar este aspecto es un psicólogo. Busca ayuda profesional que pueda ayudarte, a través de la modalidad que se ajuste a tus necesidades.
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